Un análisis elegante y basado en datos que ataca la lógica de los mitos del capitalismo ecológico. El supuesto dominante es que, dado que los costos ecológicos hoy en día son “externos” del mercado, una vez que estos costos se “internalicen”, estos costos afectarán a las fuerzas del mercado, y entonces todo estará resuelto. Pongamos un precio correcto a las emisiones de carbono y a la degradación ecológica, nos dicen, y entonces el mercado se encargará del resto (un gran acto de fe cuando el futuro de la humanidad está en juego). Empezando por el hecho de que el “mercado” no puede discernir de dónde proceden las emisiones (¿es ético y/o deseable comparar las emisiones emitidas por la construcción de ferrocarriles u hospitales en Uganda o en México rural con las emisiones de los jets privados o los yates?), siguiendo con cómo las mayores inversoras del mundo (BlackRock, State Street y Vanguard,) se han convertido principalmente en inversores pasivos, lo que significa que copian el “valor” pasado de las empresas para apostar por el valor futuro de las mismas, reduciendo el rol activo del “mercado”. Y, al final, siempre correríamos el riesgo que los que pueden pagar por dañar, sigan pagando por dañar, sólo que más, mientras tanto, los costos del carbono obstaculicen el desarrollo de industrias necesarias, sobre todo en los países más pobres. Escuche también este episodio de Current Affairs sobre este libro: https://podcasts.apple.com/mx/podcast/current-affairs/id1384567205?i=1000576596505